DIPLOMADO EN AEROMEDICINA Y TRANSPORTE AEREO DE CUIDADOS CRITICOS
Presenta: LE. Karina Yazmin Guzmán Quintana
Profesor: Jaime Charfen Hinojosa
Marzo 2020
EMBARAZO ESPONTÁNEO
EMBARAZO ESPONTÁNEO
El
aborto espontáneo se define como la pérdida involuntaria del embarazo antes de
que el feto sea viable, o sea, a las 22 semanas de gestación. Se denomina
aborto precoz a aquel que ocurre antes de las 8 semanas de gestación,
correspondiendo al 80% de los abortos espontáneos. El resto ocurre entre las 13
y 14 semanas de gestación y se denominan como abortos tardíos. Esta
clasificación tiene cierta utilidad clínica ya que la mayoría de los abortos
precoces corresponden a huevos aberrantes o anembriónicos, mientras que los
abortos con feto son generalmente tardíos.
Las
respuestas biológicas características de un aborto espontáneo son la hemorragia
y el dolor.
En
todo aborto, la mujer debe pasar por un trabajo de parto (aunque en menor
medida) en el cual el sangrado y el dolor físico serán protagonistas con todo
lo que ello implica a nivel corporal y emocional.
El
aborto es un evento devastador (Swanson, Connor & Jolley, 2007) ya que la
madre debe parir un hijo no desarrollado desde lo biológico y muerto desde lo
simbólico lo cual es un hecho extremadamente doloroso tanto física como
afectivamente (Mariutti, Almeida & Panobianco, 2007).
La
base principal para el manejo del aborto es su diagnóstico. Desde hace 20 años
se dispone de tecnología que facilita el diagnóstico temprano del embarazo, lo
que ha permitido avances en el manejo de la amenaza de aborto y del aborto
espontáneo y en los cuidados prenatales. La ultrasonografía y la prueba de
gonadotropina coriónica (hCG) facilitan el diagnóstico y el manejo de pacientes
con un embarazo anormal.
Las
pacientes con aborto espontáneo temprano pueden presentar sangrado
transvaginal, dolor abdominal o bien estar asintomáticas. A la exploración
física presentan un útero de menor tamaño que el que debería corresponder al
periodo de la amenorrea y en el caso de sangrado activo los productos de la
concepción pueden ser evidentes en el canal cervical o en la vagina. En
pacientes con embarazos mayores, se encuentra la misma sintomatología, pero de
mayor intensidad y las modificaciones cervicales son habitualmente más
evidentes. En las pacientes asintomáticas o con poca sintomatología y en
aquellas con embarazos pequeños, la valoración ultrasonográfica es
indispensable.
El
diagnóstico diferencial ante la presencia de sangrado transvaginal debe
realizarse con los siguientes cuadros:
• Anormalidades cervicales (friabilidad,
traumas, pólipos, procesos malignos),
• Sangrado idiopático,
• Embarazo ectópico,
• Enfermedad gestacional del trofoblasto
(mola hidatiforme)
• Hemorragia subcoriónica.
Se
piensa en embarazo ectópico cuando se está ante la presencia de amenorrea,
útero de tamaño no acorde a fecha de última menstruación, palpación de masa en
anexos, dolor a la movilización del cuello uterino, niveles de HGC-ß alrededor
de 2.000 mIU/ml y ultrasonografía transvaginal o abdominal que reporte útero
vacío. La presencia de amenorrea, sangramiento genital tipo metrorragia de
coloración negruzca, útero blando de tamaño superior al esperado por amenorrea,
toque del estado general, dolor en hipogastrio, hipertensión arterial, valores
de HGC-ß por encima de 100.000 mIU/ml y ultrasonografía con imagen en racimo de
uvas establece el diagnóstico de enfermedad gestacional del trofoblasto.
Son
múltiples los factores que aumentan las probabilidades de sufrir abortos
espontáneos, entre ellos tenemos:
• Antecedentes de abortos previos, a
mayor número mayor riesgo.
• Reproducción en edades extremas tanto
de la madre como el padre dado por la mayor prevalencia de alteraciones
genéticas. La edad recomendada para embarazarse se ubica entre 25 y 35 años.
• Patologías uterinas aumentan éste
riesgo, mujeres mayores de 36 años en adelante con cariotipo normal y con
enfermedades como miomatosis uterina, pólipos endometriales registran
porcentajes más elevados de aborto espontáneo.
• Descontrol metabólico en embarazadas
con diabetes mellitus tipo I y II, el control de glicemia y hemoglobina
glicosilada previo al embarazo disminuye la incidencia de abortos.
• Presencia de anticuerpos
antifosfolipídicos y anticardiolipinas se asocian a producción de aborto,
existen correlatos con lupus eritematoso sistémico.
• El consumo de alcohol y tabaquismo al
igual que el de cocaína aumenta el riesgo.
• El sobrepeso y la obesidad, IMC
superior a 25, han sido relacionados con abortos, por lo tanto a toda mujer con
estas condiciones debe recomendársele reducción de peso antes de planificar un
embarazo.
El
cuidado prehospitalario y en niveles de baja complejidad debe proporcionar
cuidado de emergencia con posibilidades de reanimación inicial a todas las
pacientes para la remisión oportuna a un nivel de mayor complejidad, lo cual
incluye:
• Monitoría hemodinámica continua de
signos vitales.
• Oxígeno suplementario continuo a alto
flujo (máscara con reservorio a 12 – 15 l/min).
• Dos accesos venosos 16 o 18 de buen
calibre para administración de cristaloides (solución salina normal o lactato
Ringer).
• Monitoría de la cantidad de sangrado
vaginal.
• Monitoría de la frecuencia cardiaca
fetal.
• Tratamiento de choque hipovolémico, si
es necesario.
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